María Parado de Bellido (Cangallo, Ayacucho, ca. 1777 – Ayacucho, 11 de mayo de 1822) fue una valiente heroína peruana de la independencia. Sin ser militar ni política, se convirtió en símbolo de resistencia gracias a su valentía y compromiso con la causa libertadora.

Durante la lucha contra el dominio español, colaboró como mensajera secreta del movimiento patriota, transmitiendo información clave sobre los movimientos realistas en Ayacucho. Una de sus cartas fue interceptada, lo que llevó a su captura por las autoridades españolas.

Pese a ser interrogada y amenazada de muerte, se negó a delatar a los patriotas. Fue fusilada públicamente el 11 de mayo de 1822, convirtiéndose en mártir de la independencia. Su valentía y sacrificio son recordados como ejemplo de patriotismo, especialmente por su rol como mujer en una época dominada por figuras masculinas.