Micaela Bastidas (c. 1744-1781) fue una destacada líder y heroína peruana, conocida por su valentía y su papel fundamental en la rebelión contra el dominio del Virreinato del Perú bajo control español. Nacida en la región de Tungasuca, cerca de Cusco, Micaela era de origen mestizo e indígena, lo que la hizo especialmente consciente de las injusticias sociales y raciales de la época.

Micaela se unió a Túpac Amaru II, su esposo, en la lucha contra los abusos del régimen del Virreinato del Perú, y desempeñó un papel clave en la organización y conducción de la rebelión de 1780-1781. No solo apoyó activamente las campañas militares, sino que también fue una gran estratega y líder en la movilización de las fuerzas insurgentes.

Después de la derrota de los rebeldes, Micaela Bastidas fue arrestada, torturada y finalmente ejecutada por las autoridades españolas. Su muerte, junto con la de su esposo, simbolizó la brutal represión del Imperio español, pero también consolidó a Micaela como un símbolo de lucha y resistencia para las generaciones posteriores.